Por Santos Gabriel Us Ake

En una ocasión cuando estaban en su apogeo los ataques del sector hotelero de la zona de playas de Cancún en contra del proyecto de home port en el parque temático Xcaret, un conocido ex gobernador de Quintana Roo me comentó que será inevitable en el futuro su construcción porque el estado tiene 900 kilómetros de litoral y está estratégicamente ubicado en el Caribe y además cuenta con la cercanía de los Estados Unidos.
Pero el ex gobernador me pidió no publicar sus declaraciones porque puede ocasionarle problemas esta postura, dado que un ex mandatario estatal aún tiene peso su opinión en la vida económica, política y social. Hoy recuerdo el caso sin mencionar su nombre y hago esta remembranza tomando en cuenta que hoy día los hoteleros de la zona de playas ven otra amenaza con la aplicación para casas y habitaciones Airbnb. Esto los trae en jaque a los hoteleros pero no quieren que los toquen con el tema de la comercialización de los cuartos bajo el sistema all inclusive o todo incluido aunque afecten a los demás sectores de la economía.

No es posible pensar que Quintana Roo no tenga en el futuro un home port tomando en cuenta que tiene 900 kilómetros de costas, expresaba el ex gobernador hace más de 15 años cuando predominaba la polémica entre la Asociacion e Hoteles de Cancún (AHC) y el Grupo Xcaret, que por cierto son socios aliados pero negocios son negocios. Finalmente el proyecto de home port fue derrotado, por el momento, y lo que existe es la lucha hoteleros versus Airbnb.

En la actualidad el sector hotelero tiene este problema con la aplicación Airbnb para la reservación y comercialización de casas y habitaciones. Pero en la zona de playas continúan los centros de hospedaje con el sistema de ventas todo incluido a pesar de las denuncias de bajas ventas de restauranteros y comerciantes del centro de la ciudad.

Hace unos días el hotelero y restaurantero del centro de la ciudad, Juan Carrillo Padilla, dijo en su cuenta de redes sociales que “los grandes hoteleros hoy se quejan de las plataformas digitales, que porque es una competencia desleal, pero no les importó nada haber acabado con diferentes tipos de negocios con su all inclusive, entre ellos tiendas, restaurantes, joyerías y muchos más, así vemos  avenidas fantasmas con cientos de negocios cerrados”.

Advirtió que “lo peor de todo ese tipo de hospedaje all inclusive es que la mayor parte de la lana se queda fuera de México, ahora ¿porque lloran?”

El empresario Juan Carrillo Padilla me expresó en cierta ocasión que cuando no había el sistema todo incluido y solo había plan europeo, los turistas venían al centro de la ciudad y se formaban largas filas para entrar a consumir en los restaurantes. Todo esto se fue acabando poco a poco hasta llegar a las condiciones actualidad de poca afluencia en el centro. Ahora la céntrica avenida Tulum desde hace muchos años recibe muy pocos turistas porque no salen de los hoteles de la zona de playas, y ahí se les vende prácticamente todo, desde los cuartos de hospedaje hasta las artesanías.

Hoy día lo que existe en la céntrica avenida Tulum son casas de empeño, farmacias, tiendas de conveniencia, de ropa, artesanías, algunos restaurantes, supermercados, entre otros, y todo esto no llama la atención al turista que se hospeda la zona de playas.

También hay que reconocer que hacen falta verdaderos atractivos turísticos para que los visitantes vengan al centro de la ciudad, y podría ser lo que en algunas ocasiones han propuesto que es convertir el palacio municipal en edificio histórico, construir el Museo de la Ciudad en algún lugar del centro, un andador de la Plaza de la Reforma al Mercado 28, remodelar el marcado de artesanías Ki Huic, un domo en la avenida Tulum de la Cobá a la Uxmal, construir fuentes, entre otros.

Y ahora los problemas del centro de la ciudad se complican cada vez más no solamente por el “all inclusive” y la falta de atractivos turísticos, sino también por el aumento de los casos de ejecuciones, “levantones”, extorsiones, balaceras, asaltos con violencia, los cuales inciden en la percepción de inseguridad y se espera algún día recuperar la tranquilidad que existía en los inicios de Cancún hace 49 años.

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