Fue en marzo de 2012 cuando Wilfrido Dzul Caamal y Plinio Escalante, profesores de primaria y secundaria respectivamente, realizaron una protesta frente a la terminal de Autobuses de Oriente (ADO) en contra de lo que podría ser la reforma educativa del entonces presidente de la República, Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), sin embargo en ese momento sus propios compañeros de aula no les creyeron.

Solamente ellos dos estaban parados con dos cartulinas mediante las cuales advertían que el gobierno federal pretendía elaborar medidas negativas contra el magisterio, entre ellas la Ley General de Educación, la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y la Ley General del Servicio Profesional Docente.

Ellos visualizaron con un año de anticipación las leyes que iban a afectar la vida magisterial y la propia educación pública gratuita, pues con suficiente tiempo de anticipación alertaron que en realidad no era una reforma educativa sino laboral diseñada en contra de las condiciones de trabajo de los docentes, pero en ese entonces la mayoría de sus colegas de aula no creyó que las iniciativas de ley fueran posibles y solamente las visualizaron cuando los golpeó de frente.

La reforma educativa surgió del consenso del Pacto por México, firmado por el PRI-PAN-PRD, y que finalmente con la lucha de los sectores sociales entre ellos el magisterio decayó en el desprestigio y se ganó el mote de Traición por México. Pero a pesar de las inconformidades fue aprobada por la Cámara de Diputados el 20 de diciembre de 2012 y por el Senado de la República el 21 de diciembre de ese mismo año.

El Poder Legislativo Federal declaró constitucional la reforma educativa en febrero de 2013 y fue promulgada por el Jefe del Ejecutivo el 25 de febrero de 2013 y publicado en el Diario Oficial de la Federación el 26 de ese mismo mes. Después el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, el 10 de septiembre de 2013 promulgó la reforma a la Ley General de Educación, la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y la Ley General del Servicio Profesional Docente, y estos tres decretos fueron publicados en el Diario Oficial de la Federación de inmediato el 11 de septiembre para su plena vigencia y amplicación contra los profesores, lo cual desató una serie de manifestaciones violentas de rechazo en todos los estados del país.

Con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en 2018, la reforma educativa que fue utilizada como parte de la lucha social, fue desechada y el nuevo gobierno formuló una nueva. Desde aquella solitaria manifestación de los profesores, Wilfrido Dzib Caamal y Plinio Escalante, han transcurrido siete años y ahora se formula la reforma educativa de Andrés Manuel López Obrador.

Wilfrido Dzib Caamal, quien fue retirado de Cancún y enviado a Tihosuco a dar clases, consideró que por el momento se mantiene en suspenso la promoción de los profesores y se queda como una especie de carrera magisterial, tal como era entes, y la amañaba evaluación se establece como capacitación. Pero también advirtió que toda reforma viene acompañada de una disidencia y en este caso seis diputados federales votaron en días pasados en contra del dictamen de la reforma educativa, precisamente del estado de Oaxaca donde el magisterio es más radical, y por tanto no pocos profesores se mantienen a la expectativa de qué va a suceder. Esta vez de nueva cuenta habrá que constatar si se dan cuenta de lo bueno o malo que se avecina.

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