REMEMBRANZAS

Por Santos Gabriel Us Ake

CASO ASSANGE PARA EL EJERCICIO DEL PERIODISMO

El gobierno del Reino Unido trata de extraditar al fundador de la página web WikiLeaks, Julián Assange, a los Estados Unidos acusado de varios delitos, principalmente por interceptar información de las computadoras del Pentágono, y para tal efecto el ministro del Interior Sajid Javid firmó la solicitud el pasado jueves 13 de junio para iniciar el proceso.

En mayo pasado un jurado de Virginia, Estados Unidos, presentó 18 nuevos cargos en su contra y el viernes Julián Assange debió comparecer ante un tribunal de Londres como parte de su lucha jurídica por tratar de impedir su extradición, luego de que la Embajada de Ecuador en Londres le retiró la protección.

Julián Assange entre otras actividades es un programador informático, periodista, activista de la transparencia de la información, hacker, editor del sito web WikiLeaks, ex estudiante de física y matemáticas en la Universidad de Melbourne, cuya carrera no terminó. Nació en Townsville, Queensland, Australia, el 3 de julio de 1971 (48 años de edad) y se encuentra detenido actualmente en Londres.

Después de estos breves antecedentes de quién es Julián Assange, es importante para un periodista analizar si es correcto o no obtener y publicar información clasificada de un gobierno. Assange obtuvo y publicó información secreta del Pentágono, reveló presuntos abusos del gobierno de los Estados Unidos en su política exterior y en su participación en los conflictos bélicos en Irak y Afganistán.

Assange ha mezclado el periodismo con el activismo social, con el hackeo de archivos privados y oficiales, y en estos momentos se encuentra acusado de más de 20 delitos, entre estos el de “conspiración para infiltrarse” en sistemas informáticos del gobierno de Estados Unidos, con la ayuda de Chelsea Manning, analista de inteligencia del Departamento de Defensa de dicho país.

Los que trabajamos en el periodismo buscamos información que sea noticia, y muchas veces se obtienen copias de documentos delicados o solamente se tienen a la vista para confirmar el hecho. En muchos casos no se publica porque no hay manera de acreditar de manera formal la veracidad de la nota en caso de una demanda penal posterior.

En el caso de Assange él sí tiene forma de acreditar la veracidad de sus publicaciones, pero a la vez representa la prueba del presunto delito que cometió porque se trata de documentos clasificados protegidos por ley, de tal manera que quien lo obtenga y lo publique incurre en un delito.

Corresponde al periodista y a sus jefes (en caso de trabajar en un medio convencional) afrontar las consecuencias de las publicaciones, de tal manera que si el reportero incurre en un delito y se comprueba mediante sentencia, deberá pagar la pena económica y/o corporal. Por lo regular el periodista profesional procura no violar las leyes, y más aún si se ha sensibilizado en la responsabilidad social.

Respecto a los que son periodistas y activistas a la vez la situación es diferente, porque están inmersos en una lucha social, defienden sus ideales y no meramente se ocupan en informar.

Incluso muchos son más activistas que periodistas. No es ilegal que un periodista sea activista, político, empresario, asesor, programador, etcétera, pero lo que debe tener en cuenta es que existen leyes que se tienen que respetar, aún cuando dichas leyes no son las más adecuadas, y quien las violente debe afrontar las consecuencias, como lo está haciendo en estos momentos Julián Assange.

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