REMEMBRANZAS
Por Santos Gabriel Us Ake

La delincuencia también ha instalado sus “call centers” o centros de llamadas en domicilios particulares para cometer sus fechorías, tales como extorsiones, estafas, secuestros virtuales, robo de datos, grabaciones de voz con fines ilícitos, entre otros. Estas oficinas de concentración de llamadas telefónicas para fines de venta, asesoría, atención a clientes, cobranzas, encuestas, etcétera, se han convertido ahora en una herramienta más de los criminales.
Como antecedente durante la noche del martes dos de julio un comando armado privó de la libertad a unos 25 empleados de una oficina de este giro ubicado en el fraccionamiento Gran Santa Fe, los cuales posteriormente fueron rescatados por elementos de la policía ministerial y la Guardia Nacional, y recientemente fue cateado otro establecimiento del ramo en la supermanzana 50 con saldo de 10 detenidos, pero en ambos casos las autoridades no dieron información clara y generó incertidumbre sobre la operación de estos negocios.
Sea como fuere lo cierto es que en los últimos años se venden bases de datos en las cuales podría estar su número telefónico móvil o fijo, correo electrónico, cuentas de redes sociales, entre otros, y no siempre son para fines lícitos de ventas, encuestas, sondeos o asesoría, sino para extorsiones o secuestros virtuales. En ambos casos los números telefónicos se descargan en un programa informático para la realización de las llamadas de manera automática en determinados días y horas, para que un agente entrenado lo atienda, a veces un sistema con inteligencia artificial o simplemente nadie contesta.

Algunas de estas llamadas provienen de números desconocidos y tienen la finalidad de robar información de los teléfonos inteligentes, como son por ejemplo NIP de cuentas bancarias, contraseñas de correos electrónicos, de redes sociales y en fin toda información que pueda ser de utilidad. Por eso las autoridades policiacas recomiendan no responder números desconocidos y además bloquearlos, pero también se corre el riesgo de vetar a alguien conocido pero no registrado en la agenda que no se identificó antes por medio de un mensaje de texto.
Por seguridad siempre será mejor no responder a desconocidos. Además esas llamadas insistentes afectan el trabajo de quienes nos dedicamos al periodismo porque suelen interrumpir las grabaciones de audio y video de las entrevistas. Y a veces al contestar resulta ser un vendedor con intenciones de convencer y/o entrampar mediante preguntas para la contratación de algún servicio. Por lo regular el interlocutor no se identifica en primera instancia, que sería lo más conveniente, sino se dirige por nombre al posible cliente porque de antemano cuenta con sus datos personales.

Por eso también se aconseja no dar teléfonos inteligentes a menores de edad para que jueguen o en su caso mantenerlos bajo supervisión para que no caigan en menos de extorsionadores, secuestradores, estafadores, defraudadores, etcétera. Obviamente no todos los “call centers” o centros de llamadas son operadas por delincuentes, pues existen oficinas de este giro para brindar información sobre temas importantes como por ejemplo asesorías para tomar medidas ante determinada epidemia, emergencia en caso de accidente, información bancaria, compra venta de seguros, reservación e información sobre vuelos y cuartos de hotel, entre otros.
Debido a los hechos delictivos antes mencionados es mejor tomar las debidas precauciones al momento de responder o hacer una llamada, además no exhibir los números telefónicos ni cuentas de correo electrónico porque cualquier persona podría apropiarse y hacer mal uso de estos. Las avances tecnológicos son de mucha utilidad y sirven para facilitarnos la vida, pero al mismo tiempo están siendo utilizados por delincuentes para complicar la existencia humana.

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