Chetumal, Quintana Roo 20 de octubre 2019.- Si algo caracteriza al ex gobernador Mario Villanueva Madrid, es la serenidad de su rostro, que no cambia cuando habla sobre las traiciones que recibió hace 18 años por aquellos que se decía sus amigos, sus “hermanos” quienes le juraron “amor eterno”.
Entrevistado por este medio de comunicación, el exgobernador de Quintana Roo (1993-1999) dice que, a sus amigos, “los cuento con los dedos de la mano”, que no rebasan más de cinco, sin resentimiento agrega que “muchos me dieron la espalda a pesar que me juraron amor eterno cuando estuve en el poder”.
Villanueva Madrid, quien ya cumple con la condicionante para tener arraigo domiciliario, pues tiene más de 70 años y una enfermedad pulmonar que no lo deja, sin un viso de resentimiento en su voz y rostro agrega que quienes sí son sus amigos no declararon en su contra, “aunque algunos de ellos sí fueron a la cárcel”.

Desde su detención, aquella noche del jueves 24 de mayo de 2001 se puso a pruebas la lealtad de los cientos de amigos que rodeaban a Mario Villanueva Madrid desde que fue presidente municipal de Benito Juárez (1990-1991); a éstos no le importó la inocencia de su amigo, lo dejaron solo al enfrentar al aparato gubernamental, primero de Ernesto Zedillo Ponce de León como presidente de México y luego del de Vicente Fox Quesada.
Pero no guarda rencor, en entrevista el exgobernador aseguró que el tiempo que ha pasado en prisión le ha dado la serenidad para reflexionar sobre lo ocurrido en el momento más álgido de su proceso penal y en donde necesitaba más que nunca a esos amigos a los que siempre brindó ayuda, pero que de pocos recibió el apoyo que buscaba.

A pregunta expresa, hace un recuento de los “amigos” que le han dado la espalda a lo largo de estos 18 años y meses que lleva en prisión. Menciona a dos grupos que le dieron la espalda a pesar de saber que él era inocente: el primero formado por el círculo de los políticos de alcurnia que pertenecen al PRI, como Manlio Flavio Beltrones Rivera y Roberto Madrazo Pintado, quienes lo consideraron como “apestado” y no querían saber nada de él; “me manejaron como un apestado, Roberto Madrazo Pintado tiene un libro que habla de la traición, pero traidor él”, acotó.
El otro grupo de “amigos” al que se refiere Mario Villanueva es el local. Habló de la traición de quien lo llevó a la detención en el 2001, cuando él tenía todo listo para entregarse de manera voluntaria.

Narró que cuando recién llegó Vicente Fox Quesada a la presidencia, no solo le envió una carta, sino que su familia tuvo contacto con él y con el procurador Rafael Macedo de la Concha, para informar sobre su entrega a cambio de un juicio apegado a la legalidad.
“Quise entregarme, pero me la voltearon, me fabricaron una detención, yo estaba organizando mi entrega, iba a ser en Cancún, en la PGR. Pero entonces la PGR le dio la vuelta y con la ayuda de, hablando de amigos, Irvin Trigo Segarra, me detuvieron… Cuando yo estaba prófugo se acercó yo confié en él y él opera para entregarme se puso de acuerdo con la PGR y me traiciona y fabrican la detención. Me estaba acordando hace un rato, arman todo un show”.
Dice no juzgar a aquellos que le dieron la espalda, pues la Procuraduría General de la República tenía consigna presidencial contra todo aquellos que oliera a Mario Villanueva. Dañaron a más 30 personas y algunos fueron a parar a la cárcel por encontrar la forma de como afectarlo.
“Gente que fue a la cárcel por más de seis años como Deysi Baeza, Óscar García o como el difunto Fernando García Zalvidea o Ricardo Marín; no había ninguna razón, era nada más la presión para que declararan contra mí, no quisieron y les fabricaron un expediente, esos sí fueron amigos no accedieron a firmar en mi contra”.
La traición más sensible para la familia Villanueva Tenorio fue la que les hizo el compadre que estaba en Catastro, por ahora se reserva el nombre para “no herir susceptibilidades”.
“Mandé a mi esposa, le dije ve a ver al compadre, el director de Catastro; pídele un plano de la ciudad de Chetumal, un plano del municipio de Othón P. Blanco, quería ubicar los hechos en el plano para explicárselos al juez”.

La sorpresa que se llevó es que su compadre y entonces amigo, tuvo a su esposa varias horas afuera de su oficina y finalmente no la quiso recibir. “No voy a decir el nombre para no herir susceptibilidades, ya lo diré luego. Pero fuera quien fuera, debió de darlo porque es la petición de un ciudadano y además es un trámite que se paga”.
Su esposa ante el hecho entristeció y le salieron algunas lágrimas, una persona de la oficina que se percató terminó por ayudarla. “Porque esa crueldad, es mi compadre él me buscó para compadre, lo conocí muchos años atrás”.

Don Mario, como le dicen los quintanarroenses al exgobernador, con un suspiro de tranquilidad remata la entrevista al decir que ha tenido muchas muestras de cariño, de solidaridad, incluso apoyo por parte de gente que no conoce, lo cual aseguró es invaluable; pero ahora sí, a sus amigos, los cuenta con los dedos de la mano.

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