REMEMBRANZAS
Por Santos Gabriel Us Ake

El razonamiento deductivo tradicional establece que si A es B y B es C, entonces A es C. Los razonamientos deductivos se basan en dos premisas relacionadas que arrojan una conclusión. Las premisas deben ser correctas para que la conclusión también sea veraz, y obviamente si se formulan premisas falsas se generará también una conclusión falsa.

Las premisas de los razonamientos deductivos deben tener evidencias suficientemente veraces y comprobables para poder tener una conclusión firme.
Para todo esto se sigue un proceso lógico sencillo y se puede aplicar en todos los aspectos de la vida a la hora de tomar decisiones de triviales a complicadas. Esto es básico, se enseña en las escuelas en todos los niveles y hoy fía hasta parece ser de jardín de niños.

Aplicando el caso de la detención y liberación reciente en Sinaloa de Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante sentenciado en Estados Unidos de América a cadena perpetua, Joaquín Guzmán Loera, alias el “Chapo”, quedaría de la siguiente manera: Cuando detienen a un capo poderoso, su gente reacciona violentamente. Ovidio Guzmán es un capo poderoso, entonces su gente reaccionará violentamente. La primera premisa es una proposición universal y la segunda es una declaración específica.

Si esto es básico y fácil de concluir, ¿entonces qué fue lo que sucedió? ¿por qué no protegieron previamente las instalaciones de la Fiscalía, la unidad habitacional de los militares donde viven sus familias, ni las calles de la ciudad para defender a los civiles? Porque ese fue el argumento de la Sedena, la Marina y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para liberarlo: Para evitar una masacre en la Fiscalía, en la unidad habitacional militar y en las calles, derivado de la conclusión lógica.

Para haber hecho lo que hicieron, se habrían basado en dos falsas premisas, para obtener una falsa conclusión, la cual quedaría de la siguiente manera: Cuando detienen a un capo poderoso, su gente NO reacciona violentamente. Ovidio Guzmán No es un capo importante, entonces su gente NO reaccionará violentamente. Parece imposible pensar de esa manera, pero sucedió.

El silogismo es un modelo de razonamiento deductivo e inductivo formulado por primera vez por Aristóteles, reconocido como el padre fundador de la lógica hace más de dos mil años y es el fundamento principal del pensamiento científico y filosófico. Tomando en cuenta lo anterior, pudiera ser cierto lo que algunos analistas plantean, que la detención de Ovidio Guzmán fue una trampa diseñada por una o varias personas para que la Sedena, la Marina y el presidente tomen la decisión de continuar con el proceso de detención y derivar en una matanza de civiles desprotegidos.

Habría sido una masacre de más de 200 personas entre civiles, policías y militares tomados por sorpresa, según cálculos del propio secretario de Seguridad, Alfonso Durazo Montaño, y entonces para la oposición habría argumentos para exigir la renuncia de Andrés Manuel López Obrador. Finalmente la decisión que tomó la Sedena, la Marina y el presidente fue liberar al narcotraficante, con las consecuencias ya conocidas.

De ser cierta la hipótesis de algunos analistas, de que fue una trampa o “un cuatro”, en cualquier momento podría ser detenido otro capo importante y generar una situación de vulnerabilidad similar y de exhibir la debilidad de la Sedena, la Marina y el propio presidente. Si alguna persona o personas planearon esto como una trampa, derivado de la denuncia del Departamento de Justicia de los Estados Unidos en contra de Ovidio y su hermano Joaquín Guzmán López, fue una jugada magistral, pero si no fue así, fue una gran pifia del gabinete de seguridad y del presidente de acuerdo al razonamiento deductivo.

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