REMEMBRANZAS

Por Santos Gabriel Us Ake

En el censo de 2010 había un millón 321 mil habitantes en Quintana Roo y ahora en el 2020 el INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) calculó que podría contabilizar alrededor de un millón 700 mil ciudadanos, o sea 379 mil personas más en un periodo de diez años, igual a un crecimiento de 2.8 por ciento anual o aproximadamente 37 mil 900 pobladores más cada año.

Además existe una población flotante de alrededor de 350 mil en el estado compuesto principalmente por turistas que arriban en avión, cruceros, autobuses de pasajeros y automóviles particulares, además de trabajadores eventuales que vienen en ciertas temporadas de alta ocupación hotelera. Estas cifras indican que cada diez años crece la población el equivalente a la cantidad de turistas que pasean en el estado al día, y que son los aproximadamente 350 mil considerados como población flotante.

Los visitantes inciden directamente en la vida local de manera positiva principalmente por la derrama económica que generan. Los turistas permanecen solamente unos días en la entidad, pero hay miles de ciudadanos que llegan cada día en busca de mejores condiciones de vida y se concentran principalmente en las ciudades turísticas de Cancún, Playa del Carmen, zona continental de Isla Mujeres y Chetumal.

Se podría considerar que cada año se funda un pueblo de 40 mil habitantes y cada diez años una ciudad de casi 380 mil personas provenientes de otros estados, incluso de otros países y además se suman los que nacen en la localidad. Desafortunadamente con esta proyección de crecimiento demográfico aumentan también los males de esta entidad, tales como la delincuencia en sus diferentes facetas porque no todos vienen a convivir en el marco legal.

El censo se llevará a cabo del 2 al 27 de marzo en las cuatro mil 187 poblaciones rurales y 26 localidades urbanas del estado, y será en noviembre del presente año cuando se revelen los resultados, mismos que serán importantes para la toma de decisiones, para los proyectos, la inversión, la asignación de recursos federales, etcétera.

Si no se aplica la inversión social de acuerdo a ese ritmo de crecimiento antes mencionado, en el caso de Cancún aumentarán las colonias irregulares sin servicios urbanos en los ejidos Alfredo V. Bonfil e Isla Mujeres. En la actualidad se calcula la existencia de unos 250 mil habitantes en condiciones de marginación en la franja del ejido Alfredo V. Bonfil desde la avenida Lakín a la colonia Chiapaneca a lo largo de la avenida José López Portillo, más los que viven en el área conurbada de Cancún con la zona continental de Isla Mujeres.

A todo esto hay que añadirle los problemas ya existentes de narcomenudeo, extorsiones, secuestros, ajuste de cuentas entre bandas del narcotráfico, tráfico de indocumentados, trata de personas, feminicidios, suicidios, alcoholismo, etcétera, que no están siendo atendidos de manera efectiva y en consecuencia todo parece indicar que aumentarán. Y en vista de que ya se acerca la sucesión gubernamental en la entidad, los principales actores políticos están más interesados en posicionarse que en atender estos males.

Y adicionalmente los diputados locales de mayoría morenista no están legislando a la altura de las demandas de la población, situación que se observa con los ejemplos de la pifia de la aprobación de la exención de impuestos a los casinos y la corrección posterior de lo que avalaron sin leer, la publicación de la Ley de Protección y Bienestar Animal que no revisaron como lo demandaban los sectores afectados y la aprobación de las cuentas públicas de administraciones priístas que tanto rechazaron cuando eran oposición.

Ante la avalancha de personas que llegarán y nacerán en los próximos diez años, más el crecimiento de la afluencia turística, se requiere cada vez más preparación de quienes tienen la responsabilidad de conducir la vida política, económica y social del estado, pero si se siguen cometiendo los errores como los que se están viendo en la actualidad, entonces los problemas también aumentarán y podrían ser de graves consecuencias.