REMEMBRANZAS

Por Santos Gabriel Us Ake

En abril de 2009 (hace casi 11 años) el gobierno federal declaró la emergencia sanitaria para combatir el virus de la gripe influenza AH1N1 y a final de cuentas los resultados fueron peores que la propia enfermedad porque la afluencia turística se desplomó a niveles de cero y quebraron miles de micronegocios en todo el país, principalmente los que tenían créditos bancarios.

El 26 de abril de 2009 Felipe Calderón Hinojosa, el entonces inquilino de Los Pinos, declaró la emergencia sanitaria y en consecuencia paralizó los eventos públicos, la operación de restaurantes, los vuelos comerciales, las clases en las escuelas en todos los niveles, la propia promoción turística, etcétera, con las consecuentes pérdidas millonarias en todo el país. De manera paulatina se fue normalizando las actividades después de más de un mes de vigilancia epidemiológica y medidas exageradas que resultaron finalmente más devastadoras que la propia enfermedad.

De hecho en la actualidad siguen registrándose casos de influenza con nuevas cepas del virus a pesar de la campaña de vacunación que se aplica cada año, pero ahora sin declaratoria de emergencia sanitaria ni sentimientos de pánico. En el centro turístico de Cancún en ese entonces hubo despidos de trabajadores, recorte de salarios, nula llegada de turistas nacionales e internacionales, quiebra de numerosos negocios de variados giros, discriminación de mexicanos en el extranjero, entre otros efectos negativos.

A 11 años de distancia de aquella emergencia sanitaria, ahora amenaza el coronavirus con origen en China en donde los datos más recientes del 26 de enero del presente establece 80 muertos y dos mil 744 casos confirmados. Ciertamente causa preocupación y debe haber medidas de control efectivas, sin embargo no es conveniente una emergencia sanitaria como la de abril de 2009 aplicada por Felipe Calderón Hinojosa, por las graves afectaciones económicas ya conocidas.

La epidemia de neumonía viral en China, comúnmente conocida como coronavirus de Wuhan (2019-nCoV), dicen los especialistas que debe ser motivo de estado de alerta pero no de alarma, y mucho menos para una declaratoria de emergencia sanitaria. En estos momento en el país se han registrado casos sospechosos de coronavirus y han sido enviados al Instituto de Diagnóstico y Referencias Epidemiológica de la Ciudad de México y hay expectación por conocer los resultados.

Obviamente el gobierno federal debe tomar las medidas necesarias para proteger a la población incluso de manera preventiva, sin tener que esperar a que se confirme algún caso, pero una declaratoria que provoque pérdida de empleos, recorte de salarios, restricción de eventos públicos, cierres de aeropuertos, restaurantes y otros establecimientos, no sería buena idea.

Entre otras medidas de prevención podría ser el impedir el ingreso de indocumentados al país, porque hay que recordar que en abril de 2009 durante la propagación del virus de influencia AH1N1, algunas personas infectadas eran centroamericanas que entraron en la frontera sur de manera ilegal. No se trata de discriminar, sino simplemente de aplicar medidas sanitarios que algunos de nosotros mismos hicimos en el hogar cuando algún familiar estuvo enfermo.

Entonces si los mismos especialistas en materia de salud recomiendan no aplicar un estado de alarma sino solamente de alerta, es porque saben que las consecuencias podrían ser peores que la propia enfermedad, y más aún si se aplica una declaratoria de emergencia sanitaria como la de abril de 2009.

Y ¿DÓNDE ESTÁ EL COMITÉ DE CONSULTA Y SEGURIDAD CIUDADANA DE QUINTANA ROO?

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