Tras una década , Nicolás Maduro , reabrió los casinos para los ricos que aún quedan en Venezuela.Eran las 18.00 en la avenida principal de las Mercedes cuando encendieron las luces de neón de los casinos en la exclusiva zona rosa de Caracas, repleta de restaurantes y gigantescos anuncios de carteras, zapatos, whisky y relojes de marca, invitando a disfrutar de la otra Venezuela: una burbuja que solo una élite puede darse el lujo de frecuentar.

Herminia Hernández no quería perderse la inauguración del casino Humboldt prevista en la semana flexible de la pandemia, coincidiendo con la entrada en vigor este 1 de octubre de la nueva conversión monetaria, que consiste en borrar seis ceros del bolívar para maquillar la hiperinflación.

La sala de juegos de azar y apuestas Humboldt es el buque insignia de una flotilla de 30 casinos que el régimen de Nicolás Maduro ha autorizado para recaudar ingresos fiscales, con lo cual espera reactivar la deprimida economía nacional, en crisis crónica desde la caída de los precios petroleros en 2014 y ahora dolarizada. La caraqueña Hernández, de 69 años, es aficionada a las tragaperras, aunque intenta no gastar más de 20 dólares por jornada. «Para mí es sólo una diversión. A veces gano y otras pierdo, pero trato de no pasar de 20 o 40 dólares. Tengo que controlarme», asegura a ABC.

Situado a 2.140 metros sobre el nivel del mar, el casino Humboldt se bajó de las nubes del cerro Ávila y se mudó a las Mercedes por la reparación de las ‘guayas’ (cables) del teleférico caraqueño. En su nueva sede de Las Mercedes abre desde las 10 de la mañana hasta la medianoche y ofrece 45 máquinas tragaperras, mesas de ‘blackjack’, bacarrá y ruletas con fichas electrónicas.

Hace 10 años el Gobierno de Hugo Chávez decidió cerrar todos los casinos y salas de bingo bajo el supuesto de que eran centros de perdición y corrupción que sólo enriquecían a los ‘boliburgueses’ y ‘bolichicos’, como denominan a los chavistas ricos. La medida de 2011 dejó sin empleo a unas 100.000 personas de forma directa e indirecta, según el Sindicato de Trabajadores de Bingos y Casinos de Venezuela. La clientela no ha cambiado, lo que ha variado es el entorno económico y social, con el 90% de la población en el nivel de pobreza, de acuerdo con la Encuesta Encovi de la Universidad Católica Andrés Bello.

Lo que sorprende es la fiebre por la reapertura de casinos decretada por Maduro. En un abrir y cerrar de ojos han proliferado los locales. Uno de los primeros en estrenarse a pleno rendimiento fue el del hotel Pipo de Maracay (estado Aragua), a dos horas de Caracas, el 30 de agosto. Otros ya están listos en Caracas (hotel Dubai, Waldorf, Conami, Tamanaco y el traslado del casino del hotel Humboldt al Eurobuilding y las Mercedes); Miranda (Coliseo, Macaracuay, La Cáscara, La Urbina y Buenaventura); Nueva Esparta (Charaima, Caribe Plaza y Concorde); Lara (Tiuna, Lidotel y Jirajara); Aragua (Platinum y Ballagio, además del Ciudad Jardín en el citado hotel Pipo, y en Zulia (Del Sur, Maruma e Inter de Maracaibo). También abrirán salas de juego en el estado Bolívar (Roraima y Guayana); Falcón (Baywasht, Tucacas); Carabobo (Inter de Valencia); Anzoátegui (Sun Casino); Barinas (Center Llanos) y en Portuguesa (Eco Inn).

El director de Econoanalítica, Asdrúbal Oliveros, afirma que Venezuela «necesita urgentemente aumentar la recaudación tributaria, pues es extremadamente baja, de un 5% del PIB y en la región es del 25%». En conversación con ABC, apunta que la reapertura de casinos es una visión pragmática del régimen para buscar fuentes de recaudación fiscal. «No creo que vaya a lavar dinero con los casinos, no los necesita para eso. Hay otros casos, como la construcción de lujo y restaurantes, donde lavan y todo el mundo lo sabe».

Los casinos pueden generar empleo. Cada casino emplea a 400 personas de forma directa y unas 800 indirectas, lo que suman 1.200 empleos y si tenemos entre 30 y 40 casinos, por 1.200 empleos, da un global de 48.000 empleos, y para una economía tan precaria como la venezolana «no está mal» el impulso de los casinos, dice Oliveros, aunque indica que no aportará gran cosa al PIB.

Sin material en los hospitales

El economista Jesús Casique, consultado por ABC, coincide en que los casinos serán una fuente de generación de empleos importante, aunque señala que la recaudación de impuestos no será de manera significativa como para impactar al PIB. «De recaudar 250.000 millones de dólares en 2013, Venezuela ha pasado a tener 42.000 millones en 2020 en su PIB», añade Casique al explicar la pobreza del país. «Tenemos dos Venezuelas: una muy pobre y otra muy rica con los casinos», señala Casique.

Otro contraste de esas dos Venezuelas lo muestra el doctor Douglas León Natera, presidente de la Federación Médica Venezolana: «La Administración chavista de Maduro solo auspicia y se vanagloria del buen crecimiento en el negocio de los bodegones, casinos de sus socios y enchufados en el Gobierno, mientras los hospitales carecen de medicinas y material quirúrgico». «En los hospitales la gente sigue muriendo de mengua», afirma el dirigente gremial.

El economista José Guerra incide en que los casinos no impulsarán un crecimiento real. Asegura que en el segundo trimestre de 2021, «la actividad económica cayó 2,2% y en el primer semestre de 2021, la disminución fue 38%»

Fuente: ABC.

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