Paradigmas.-La reunión entre Rafael Marín Mollinedo, titular de la Agencia Nacional de Aduanas, y el senador Alberto Anaya, dirigente nacional del Partido del Trabajo, tuvo un marco institucional: dialogar sobre reformas en materia aduanera y migratoria. Pero en política, los gestos pesan tanto como los discursos.
Con la sucesión en Quintana Roo en el horizonte de 2027, Rafa Marín comienza a sonar como una de las cartas fuertes del oficialismo. Su experiencia en proyectos estratégicos y su cercanía con Claudia Sheinbaum, así como con el expresidente tabasqueño, Andrés Manuel López Obrador , lo colocan como un posible aspirante con respaldo federal.
Por su parte, Anaya representa una pieza clave en las alianzas de la 4T. Su presencia en la ANAM no pasa desapercibida, y puede interpretarse como un acercamiento temprano para futuras negociaciones políticas.
El mensaje es claro: la baraja política ya se está moviendo, y las alianzas comienzan a explorarse bajo el velo de lo institucional. Porque en México, donde la técnica y la política caminan juntas, las elecciones se empiezan a jugar mucho antes de lo que el calendario marca, ¿no cree usted?
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