Paradigmas.- Siete años después del arranque de la Cuarta Transformación, Morena ya no es solo el movimiento que construyó Andrés Manuel López Obrador, ni únicamente el gobierno que hoy encabeza Claudia Sheinbaum. Es un proyecto que comienza a mostrar su segunda generación de liderazgos: algunos consolidados y otros en ascenso, llamados a definir el futuro del partido.

Entre las figuras históricas, Sheinbaum se ha posicionado como la arquitecta del “segundo piso”, mientras Omar García Harfuch y Marcelo Ebrard representan la eficacia y la experiencia dentro del gabinete, pero el verdadero cambio se percibe fuera del círculo federal, en los territorios donde nuevas voces están construyendo identidad política propia.

Allí emerge con fuerza Mara Lezama, gobernadora de Quintana Roo, una de las figuras más sólidas y con mayor proyección nacional dentro de la 4T.

Su administración combina bienestar social con impulso económico, particularmente en el sector turístico, y ha logrado altos niveles de aprobación en un estado complejo y diverso, tanto así, que por más de un año se ha mantenido como la mandataria mejor aprobada del país, según ejercicio de Consulta Mitofsky.

Mara Lezama representa un perfil poco común dentro del movimiento: social, conciliadora, con narrativa de justicia, pero al mismo tiempo cercana a la inversión y al desarrollo productivo.

En un momento en que Morena necesita renovar su liderazgo y mostrar resultados más allá del discurso fundacional, figuras como la de Mara Lezama se vuelven estratégicas.

Su ascenso no solo refleja la madurez territorial de la 4T, sino también la posibilidad real de un relevo generacional que mantenga cohesión sin renunciar a la expansión.

Si el séptimo aniversario dejó un mensaje, es este: la 4T ya tiene nuevos rostros. Y entre ellos, pocos brillan hoy con tanta consistencia y futuro como Mara Lezama, ¿no cree usted?

Puedes ver: COLUMNA PARADIGMAS: POLÍTICA EN JUEGO