Paradigmas.- La reciente propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum sobre la nueva Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión ha desatado una ola de controversias.

En el corazón del debate, se encuentra la creación de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT), que reemplazaría al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), y que estaría encargada de regular las plataformas digitales. Sin embargo, el contenido de la ley y las facultades otorgadas a esta nueva agencia han generado críticas por parte de sectores que temen que se transforme en una herramienta para restringir la libertad de expresión.

El artículo 109 de la nueva ley ha sido uno de los más polémicos, pues concede amplias facultades a la ATDT para bloquear contenidos en plataformas digitales sin la intervención de un juez. Esta situación ha levantado alarmas en organizaciones como Artículo 19 y la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), que han señalado el riesgo de que la ley permita una censura administrativa, sin los debidos controles judiciales.

El temor radica en que la ley podría otorgar al gobierno un poder excesivo para influir en el flujo de información, y en última instancia, para silenciar a los medios y plataformas que critican al régimen. Este tipo de control sobre los medios de comunicación no solo afecta la pluralidad informativa, sino que también puede mermar la confianza ciudadana en la imparcialidad de las instituciones encargadas de regular las telecomunicaciones.

Sheinbaum asegura que la ley no tiene la intención de censurar, sino de proteger la soberanía informativa de México frente a la influencia extranjera, incluso ha dicho que pedirá se corrijan detalles de la iniciativa.

Sin embargo, otras aristas apuntan a que podría verse como un intento de centralizar el poder en manos del Ejecutivo. La desaparición del IFT, una entidad autónoma que ha estado al frente de la regulación de las telecomunicaciones en México, es vista como un retroceso en términos de independencia institucional. En lugar de una agencia plural y abierta al debate, la ATDT podría convertirse en una extensión del poder político, sin espacio para la diversidad de opiniones que caracteriza a una democracia

La nueva ley de telecomunicaciones propuesta por Claudia Sheinbaum refleja una tensión inherente entre la modernización de las leyes y la protección de los derechos fundamentales. Aunque la intención de fortalecer la soberanía informativa es legítima, las amplias facultades otorgadas a la ATDT, sumadas a la falta de un control judicial adecuado, abren un debate crucial sobre el futuro de la libertad de expresión en México. La forma en que se resuelva este dilema marcará el rumbo del país en los próximos años ¿no cree usted?

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