REMEMBRANZAS

Por Santos Gabriel Us Ake

Fue el 16 de septiembre de 1967, hace 52 años, cuando el huracán Beulah azotó la isla de Cozumel y en las horas siguientes impactó Puerto Morelos, Central Vallarta, Leona Vicario y los nacientes poblados rurales de lo que es hoy el municipio de Lázaro Cárdenas. El meteoro cruzó el norte de Quintana Roo y el oriente de Yucatán causando severos daños a las pequeñas comunidades existentes en la zona. En aquel entonces estaba en auge la colonización del norte del territorio con habitantes yucatecos.

Existen recuerdos de otros huracanes en Quintana Roo como Janet, Carmen, Gilberto, Wilma, entre otros, pero muy pocos tienen en su memoria el paso de Beulah. Un servidor apenas tenía seis años de edad y vivía en Yucatán, y cuando comencé a reportear en las comunidades rurales de Lázaro Cárdenas en 2018 escuché a algunos habitantes de más de 60 años referirse al huracán Beulah.

El ayuntamiento de Puerto Morelos decidió inscribir en la historia los efectos del huracán Beulah cuando el 14 de abril de 2017 el cabildo en la XV Sesión Extraordinaria aprobó la figura del faro inclinado por los vientos del huracán como el escudo oficial. Se trata de una imagen rectanguloide con elementos históricos, ecosistemas y culturales. Los dos elementos principales son el faro a desnivel, el cual fue construido por Federico Alcérreca..

Es el símbolo de la fortaleza de los habitantes de Puerto Morelos; el escudo además contiene un árbol de chicozapote con los cortes de extracción de la resina para la elaboración de la goma de mascar, pues la chiclería fue la principal actividad económica de Central Vallarta y Leona Vicario, comunidades que forman parte del municipio. Contiene además unas ramas de manglar, el agua en referencia a los cenotes y el mar, y la barrera arrecifal. El diseño fue elaborado por David Espinosa Álvarez.

El subdelegado de Central Vallarta, Alejandro Montoya Mex, tenía cuatro años de edad cuando el fenómeno meteorológico impactó esta región selvática y él recuerda las graves efectuaciones. Por su parte el ex presidente del Consejo de Vigilancia del Ejido San Francisco (municipio de Lázaro Cárdenas), Santiago Nahuat Poot, quien nació el 25 de julio de 1947 en Xocén, Yucatán, tenía 20 años de edad cuando vivió los embates del huracán Beulah.

El ex presidente del Comisariado Ejidal de San Lorenzo, Jorge Dzib Ucán, nació el 22 de abril de 1964 en Tesoco, Yucatán, y tenía tres años cinco meses cuando el meteoro afectó la región lazarocardense y lo recuerda como si fuera un sueño porque aún estaba muy pequeño. Así como estos ejemplos, numerosos adultos que fueron traídos por sus padres o fueron los primeros en nacer en la zona recuerdan la crisis de alimentos que vivieron como consecuencia de los vientos huracanados.

Algunos cuentan que en ese tiempo en el monte no había radio para escuchar los avisos de huracán, es más ni siquiera existía la Coordinación de Protección Civil, no habían carreteras y tampoco se repartían alimentos a los damnificados. Las familias campesinas perdieron sus cosechas, sus casas, sus animales y aves de corral y además la riqueza forestal sufrió severo daño, pero eso no fue todo porque el 14 de septiembre de 1988 los azotó con mayor fuerza el huracán Gilberto y el 21, 22 y 23 de octubre de 2005 los golpeó “Wilma” con mayor saña.

Son pueblos cercanos a los centros turísticos de Cancún, Puerto Morelos, Playa del Carmen y Holbox, donde hay crecimiento económico. Pero las comunidades rurales tienen numerosas carencias que no han sido resueltas a cabalidad desde que los primeros pobladores llegaron antes del huracán Beulah en 1967, hace 52 años; y aún está por verse cuántos años más van a transcurrir para que la justicia social llegue a estas localidades marginadas del norte del estado.