REMEMBRANZAS
Por Santos Gabriel Us Ake

Ascendió a 53 mil 871 millones de pesos la cartera vencida en créditos de consumo e hipotecarios en noviembre de 2019 de acuerdo a las cifras del Banco de México y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). Lo interesante de esta cantidad es que se trata del volumen más alto en los últimos 15 años y coincide con un raquítico crecimiento económico de solamente 0.01 por ciento. O sea nulo.
Afirman los expertos que el Producto Interno Bruto (PIB) de un país se mide por medio de cuatro parámetros: 1.- El consumo, es la suma de los bienes y servicios consumidos; 2.- Inversión, el dinero que las empresas destinan al pago de personal, maquinaria, innovación, tecnología, remodelación, expansión, etcétera; 3.- Gastos de gobierno, cantidad que se aplica en pago de sueldos, infraestructura, material de trabajo, entre otros; y 4.- Balanza fiscal, lo que exporta el país menos las importaciones.
Por tanto cuando el PIB crece, la sociedad mejora sus condiciones de vida, pero si se estanca, como es el caso, la sociedad se detiene en sus condiciones de mejoramiento del bienestar; y cuando el PIB baja, entonces viene la recesión o crisis económica. De acuerdo a las proyecciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, en el presente año 2020 tampoco habrá mejoría porque su gobierno se encuentra en la etapa de preparación de las condiciones favorables para iniciar el crecimiento a partir del 2021 si es que no se presentan problemas externos graves. La epidemia del coronavirus en China podría ser un problema.
Las tarjetas de crédito de la banca mexicana crecieron 21.5 por ciento en los últimos diez años, una cifra que significó un aumento de cinco millones de plásticos, según información de la CNBV. Está bien que aumente el número de personas que las usan para el consumo, pero no está bien que caigan en cartera vencida porque sería un indicador de las malas condiciones de la economía nacional.
El país ha estado sumido en la corrupción y además sin justicia social para los millones de pobres desde hace muchos años, y apenas inicia la aplicación de las medidas de la anunciada cuarta transformación para aspirar al primer mundo, pero no se logrará ni en tres ni en seis años, pues se requiere como mínimo 30 años (como por ejemplo Singapur que necesitó tres décadas y tuvo que aplicar medidas radicales contra la corrupción para poder crecer).
En Quintana Roo no se percibe de igual manera la falta de crecimiento económico porque hay empleo y además en constante aumento, al igual que la inversión privada. El turista nacional e internacional sigue llegando y por tanto la derrama económica llega a todos los sectores, incluyendo las colonias irregulares marginadas.
Mientras tanto el peso se ha mantenido estable frente al dólar americano; las gasolinas no suben cada mes como antes, pero sí se le aplicó un aumento al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) y eso repercutió en alzas a los artículos básicos en el primer mes del año. Será importante ver cómo termina el año 2020, si el gobierno federal establece las bases firmes para comenzar a crecer en el 2021, si no, a sufrir estancamiento o una crisis económica.

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