Remembranzas

Por Santos Gabriel Us Ake

Fue en el año 2006 cuando el ayuntamiento Benito Juárez de mayoría priísta aprobó la sobredensificación de la región 259, con el proyecto de construcción de miles de viviendas del fraccionamiento Villas Otoch Paraíso a cargo de la inmobiliaria Grupo CADU y desde ese entonces se firmó la sentencia de muerte de numerosas personas porque las condiciones de la zona fueron las más propicias para la operación de los grupos delincuenciales.

El periodo de gobierno municipal 2005-2008 fue encabezado por Francisco Alor Quezada, y aunque algunos regidores de la oposición votaron en contra, finalmente no fue suficiente para detener la criminal decisión de tener miles de pequeñas casas prácticamente apiladas y divididas por estrechos callejones, y hoy a  12 años de distancia los resultados están a la vista de todos.

El fraccionamiento Villas Otoch Paraíso fue diseñado dentro del Programa Parcial de Desarrollo Urbano del Polígono 11 en una superficie de dos mil 420 hectáreas, originalmente estaba concebido para la construcción de 60 viviendas por hectárea pero por intereses económicos los regidores aprobaron la sobredensificación al doble a razón de 120 casas por hectárea y con ello la futura desgracia de las familias.

Villas Otoch Paraíso, de acuerdo a los datos del gobierno municipal, abarca 143 hectáreas y contiene aproximadamente 17 mil 160 departamentos con un promedio de 350 habitantes por hectárea que en total se calcula el hacinamiento de más de 50 mil pobladores, una pequeña ciudad dentro de Cancún pero con una concentración de grandes problemas en tan poco tiempo de existencia.

Tan solo en el año 2018 se cometieron 26 de las 546 ejecuciones en Cancún y con esta cifra ocupó el deshonroso primer lugar, y le antecede en la lista negra con 18 ejecuciones la región 247 donde se encuentran los fraccionamientos Villas Otoch Etapas I, II y III y Azul Bonampak, y lo peor de todo es que no parece tener solución a pesar de que las autoridades y los cuerpos de seguridad han acudido en la zona a tomarse fotografías.

En una de las paredes de las viviendas de la manzana 104 lote 7 de Villas Otoch Paraíso se puede leer con letras de pintura en aerosol (graffiti) la frase “Feto Diablo”, como clara advertencia de la peligrosidad del lugar, que aparte de las ejecuciones a cargo de sicarios del narcomenudeo, los asaltos a transeúntes y comercios están a la orden del día; y tampoco parece tener solución a pesar del multicitado mando único policiaco.

Este asentamiento humano cuenta con todos los servicios urbanos para no ser considerado de extrema pobreza, porque goza desde su fundación con agua potable, energía eléctrica, pavimentación, drenaje sanitario, acera, telefonía fija y móvil, televisión por cable, recoja de basura, etcétera, sin embargo la inseguridad ha sido el principal problema al parecer derivado en gran parte por la sobredensificación y el modelo constructivo.

Como respuesta a la demanda de seguridad en casas de interés social, en la región vecina 256 una conocida constructora está desarrollando el fraccionamiento Villas Lak’in Residencial con menor densidad que Villas Otoch Paraíso, sin callejones, calles privadas y además con rejas de acceso con llave, entre otras modificaciones, como prueba de que el experimento criminal de sobredensificación de Villas Otoch Paraíso fracasó, pero los regidores y el presidente municipal que cobraron en el cabildo por levantar el dedo de aprobación se mantienen en la total impunidad, mientras el sufrimiento de los pobladores de dicha unidad habitacional no parece tener fin.

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